El Tae Kwon-Do se compone de 5 fases
– Movimientos fundamentales
– Forma
– Práctica con accesorios
– Ejercicios de combate
– Defensa personal
Es imposible separar estas fases, ya que todas componen un ciclo, donde cada una de ellas es imprescindible para el desarrollo de la otra.
Así, por ejemplo, los movimientos fundamentales se necesitan para el combate y las formas y coincidentemente, el combate y la forma son necesarios para perfeccionar los movimientos fundamentales.
Es por ello, que en la ilustración no se pueden distinguir el principio y el fin del ciclo.
El estudiante, deberá retomar cada uno de los movimientos fundamentales para perfeccionar sus técnicas avanzadas de combate y defensa personal.
Los movimientos fundamentales practicados exhaustivamente, permiten desarrollar habilidad de manera que el alumno pueda enfrentar situaciones de combate real con confianza.
Las formas lo colocan en una situación hipotética, donde debe poder defenderse, contraatacar y atacar frente a varios oponentes.
Luego de la práctica de los movimientos fundamentales y las formas, se debe aplicar la pericia obtenida en el combate contra oponentes reales. Paralelamente, el alumno debe desarrollar su cuerpo, endurecer las herramientas de ataque y defensa, para obtener máximo poder y provocar daño. Es el momento de probar la coordinación, la velocidad, el equilibrio y la concentración contra ataques espontáneos, es decir: situaciones donde aplicar la defensa personal.
Sin embargo, siempre ha de volverse a los movimientos básicos, aún cuando se haya desarrollado una alta capacitación en defensa personal.