Uno de las grandes errores dentro de las artes marciales es la noción que todos los cinturones negros son expertos. Es comprensible que aquellos que desconocen las artes marciales digan eso, no obstante, los estudiantes deben reconocer que este no es el caso. Muy a menudo los novatos cinturones negros se creen expertos y muchas veces no sólo lo quieren hacer notar, sino que se convencen ellos mismos de serlo. El 1° Dan ha aprendido técnicas suficientes como para defenderse de un sólo adversario. Puede comparárselo con un pichon que tiene plumas suficientes para dejar el nido y defenderse solo.
El 1° Dan es el punto de partida. El estudiante sólo ha construido las bases. El trabajo de levantar la casa está por delante. El nuevo cinturón negro recién empieza a aprender técnica.
Ahora que conoce el alfabeto puede empezar a leer.
Años de trabajo duro y estudio lo esperan antes de que él mismo pueda empezar a considerarse como instructor y experto. Un estudiante perceptivo, debe a ésta altura darse cuenta de lo poquito que sabe. El cinturón negro también lo hace entrar en una nueva etapa de responsabilidad. Como iniciado, ha entrado a una fraternidad de miles de cinturones negros en el mundo y sus acciones dentro y fuera del gimnasio deben ser cuidadosamente escudriñadas.
Su conducta refleja la de todos los cinturones negros y constantemente debe hacer lo posible por dar el ejemplo a todos los otros grados.
Algunos seguramente llegarán a ser expertos, sin embargo muchos seguirán creyendo en el error de concepto y seguirán siempre siendo novatos, mental y físicamente.